miércoles, 20 de mayo de 2009

Candidaturas testimoniales: Blanco sobre negro.

Estimados amigos:

Finalmente hoy el Juez Blanco dictó la sentencia contra las impugnaciones para las candidaturas testimoniales bonaerenses, habilitándolas.

Quien haya leido mis notas anteriores (1)(2) sabrá por qué concuerdo con la sentencia. Esto no implica, por supuesto, que vaya a compartir todos los fundamentos de la sentencia -que aún no conozco- ni que esté contento con la resolución. Simplemente digo que se ajusta a derecho. Una vez más, recalco que hay que tener clara la diferencia entre moral y derecho, y que no todo lo legal es moral ni todo lo inmoral es ilegal. Según mi punto de vista, esta es una situación en la que puede verse claramente esa disociación entre estos dos campos de la actividad humana.

Es cierto que hay mentiras y mentiras -como dice el saber popular-, y todos sabemos que las candidaturas testimoniales son mentirosas. ¿Pero lo sabemos realmente? Veamos:

Cuando un candidato emite juicios utilizando verbos en tiempo futuro(3), se dice que promete: por ejemplo, ¡Voy a construir más escuelas!, o ¡Vamos a generar más seguridad!, o ¡Conmigo se acaba la impunidad!, etc. Estas declamaciones no pueden tildarse correctamente de verdaderas o falsas, porque las proposiciones de futuro no son contrastables con la realidad(4), y en este sentido es más correcto hablar de que son más o menos probables de llevarse a cabo dichas promesas, o si se quiere, más o menos atinadas, convenientes, etc. Pero nada de esto es sinónimo de verdadero o falso. Aún cuando un candidato diga: ¡Yo no voy a asumir aunque gane!, se trata de un juicio de cumplimiento probable y será verdadero o falso sólo en el caso de que efectivamente luego de ganar no asuma el cargo que le corresponde.

Lilita Carrió opinó esta mañana que el Juez Blanco "está avalando la mentira explícita", pero como vimos recién lo que avala no es eso. Las candidaturas testimoniales no están expresamente prohibidas por el Código Electoral y ni siquiera aparecen explícitamente mencionadas por lo que existe un vacío legal al respecto. Son los legisladores quienes pueden subsanar este vacío para las fururas elecciones y son los dirigentes en general quienes tienen que bregar para que ello ocurra y no se repita el bochorno.

Si me permiten, yo ni siquiera permitiría internas abiertas en elecciones generales, ¿o acaso Kirchner y De Narvaez no están afiliados al mismo partido y proclaman los mismo valores históricos?, ¿No es De Narvaez afiliado al partido que preside Kirchner?, y enconces, ¿No deberían dirimir sus diferencias en una elección interna del partido Justicialista o bien desafiliarse del partido contra el cual compiten? En fin...

Una cosita más. ¿Siempre hemos creído tan firmemente en la palabra de los candidatos? Esto es raro ¿no? mientras nadie cree nada acerca de las promesas electorales, las expresiones de los candidatos testimoniales respecto de su decisión de no asumir son tomadas por absolutamente verdaderas. Habría que ver qué reflejo psicológico está en juego acá y hasta qué punto somos ciudadanos concientes de los supuestos de nuestros propios juicios. Y no me refiero a que seamos tendenciosos, sino a qué parámetros usamos para valorar las promesas de todos los candidatos y por qué tan fácilmente le creemos a unos y descreemos de otros. Pero esto es materia para otro artículo.

Querida democracia, no nos abandones nunca....

Oscar Zúccolo
15-4096-6996
Un aporte más a la confusión general.

(1) Candidaturas testimoniales
(2) candidaturas testimoniales: La resolución
(3) En argentina no suele utilizarse verbos en tiempo futuro sino expresiones equivalentes en infinitivo. Así, en vez de decir "Construiré escuelas" suele decirse "voy a construir escuelas (en el futuro)"
(4) Corresponde a una categoría de juicios llamados "contrafácticos", es decir, que no pueden contrastarse con los hechos.

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