viernes, 13 de marzo de 2009

Kirchner, o como gobernar a los martillazos

Si hay algo de lo que podamos estar de acuerdo, es que los Kirchner suelen tomar decisiones rápidamente, cuando las circunstancias lo indican. Claro que la idoneidad, oportunidad y conveniencia de las medidas son muy discutibles y es allí donde apunta este artículo.

Hoy el día amaneció con una noticia acerca del adelantamiento de las elecciones en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires para el día 28 de junio, una medida que, a todas luces, mostraba a un Ingeniero Macri despegándose de las elecciones nacionales y haciendo uso de los tiempos y facultades que le confieren las leyes de la ciudad. La discusión en este caso pasa más por interpretar políticamente este adelantamiento y especular acerca de la necesidad del macrismo de tener una fecha propia para afianzar su poder en la Legislatura Porteña.

Mientras intentábamos digerir la noticia, poco después del mediodía llegó la noticia -primero en forma de rumor de pasillo- y luego de trascendido periodístico, del adelantamiento de las elecciones nacionales para el día 28 de junio, justo con las elecciones en Capital. A diferencia de Macri, los Kirchner deberán modificar el Código Electoral para poder torcer el cronograma original.

La primera pregunta es quién decidió en el gobierno semejante jugada política, y la respuesta es Kirchner, Pichetto y Rossi (el ex-Presidente y los jefes de bancada kirchneristas en Senadores y Diputados respectivamente) en una rápida respuesta al dilema planteado por el macrismo. Una vez más, Cristina Fernández oficiará de bocera anunciando lo que su marido decide desde el poder real.

La segunda pregunta es por qué lo hacen, y ahí -en el terreno de la especulación- puede suponerse que la decisión obedece a razones estratégicas relativas a la constante caída de popularidad de la presidente y al desfinanciamiento del estado. Esto, en lenguaje coloquial, puede traducirse como que adelantando las elecciones los toma con más recursos económicos y en una curva de mayor popularidad de lo que ocurriría en octubre, con una crisis más profunda y un fuerte aumento del deterioro de la imagen presidencial.

De esta manera los Kirchner vuelven a vulnerar a las instituciones en beneficio propio, poniendo por encima del interés general y la estabilidad de la república sus más egoístas intereses. Es moldear la realidad a martillazos, para obtener de ella lo necesario para ganar, permanecer y perpetuarse. Es el modelo Chavista sin el liderazgo de Chavez. La imagen que representa Cristina Fernández se parece más a la de un títere cuyo titiritero ha perdido la cordura por la ambición y la codicia.

Espero que esto no termine con nosotros.

Oscar Zúccolo

No hay comentarios:

Publicar un comentario